"Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en aquel movimiento revolucionario [de octubre de 1934]. Lo declaro, como culpa, como pecado, no como gloria. Estoy exento de responsabilidad en la génesis de aquel movimiento, pero la tengo plena en su preparación y desarrollo. Por mandato de la minoría socialista, hube yo de anunciarlo sin rebozo desde mi escaño del Parlamento. Por indicaciones, hube de trazar en el Teatro Pardiñas, el 3 de febrero de 1934, en una conferencia que organizó la Juventud Socialista, lo que creí que debía ser el programa del movimiento. Y yo –algunos que me están escuchando desde muy cerca, saben a qué me refiero– acepté misiones que rehuyeron otros, porque tras ellas asomaba, no sólo el riesgo de perder la libertad, sino el más doloroso de perder la honra. Sin embargo las asumí."
Indalecio Prieto. Discursos en América. Confesiones y rectificaciones. Editorial Planeta, Barcelona 1991, págs. 112 y 113.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Esos son las verdades que esconde el socialismo...
Interesante. Mira tú qué cosas, y que callado se lo tenían algunos, como dice Bl@ck..
estamos en el año 2007....
Publicar un comentario